jueves, 13 de marzo de 2008

la epidemia de esta era


¡Por fin! casi un año después me armo de valor para responder a tu segunda oración.

Nada mejor para explicar qué me transmite esta nuestra generación viviente navegando sobre un transatlántico a la deriva.

¡Hoy me he despertado de muy buen humor! Igual que ayer, y que antesdeayer. Pero esta semana nada que ver tiene con las dos anteriores. Y éstas, muchos menos con la de antes, que a su vez no puede compararse con la precedente... Me considero alguien bastante estable, que a menudo no tiene demasiado entusiasmo por este mundo, pero tampoco demasiado hastío, cosa que no oscila con rapidez. Sin embargo, tengo días y días, sobre todo semanas y semanas.

Los peores momentos que recuerdo están relacionados con mi prójimo: si me echan una bronca, o alguien está de bajón, o se queja de todo, o no soporta ni el aire que respira... ¡Me he sentido culpable!

Y mi reacción primaria es alejarme de esa persona ¡Porque me afecta su transtorno! ... Todavía soy un adolescente, que no hace más que hablar de sí mismo y de los cambios que experimenta, y que todavía tiene el corazón al descubierto, sin protección alguna, tan sensible y susceptible como un bebé, ¡o simplemente como un adolescente!

Estoy ya un poco cansado de los problemas elaborados, que como no tienen, ¡deben inventárselos! Me gusta estar para quien necesite ser escuchado, pero no para compartir una pena incomprensible. En ese momento te das cuenta de que todos tenemos problemas.

Y la definición de trastorno bipolar empieza a serme familiar, una enfermedad bastante moderna que parece estar al acecho de todos nosotros, que podría explicar en pequeña medida, sin exagerar, muchos comportamientos y hábitos (Abuso de substancias, Alcoholismo, Otras drogas, Trastornos de ansiedad, Fobia social, Trastorno Por Estrés Post Traumático, Trastornos de pánico, Trastorno Obsesivo Compulsivo, Trastorno hiperfágico, Trastornos de la personalidad, Trastornos de sueño, Migrañas, Sobrepeso, Obesidad, Diabetes tipo II, Hipotiroidismo).

Enfermedades que nosotros mismos creamos y sin embargo no sabemos curar.

Me identifico ligeramente con algunos hábitos que ya dejé atrás pero posiblemente sigan ahí dentro para salir a flote algún día.

¡Nadie está a salvo! jajajajajajajajajajajaja

3 dicen:

Marieta dijo...

De primeras, cuando leo esto, pienso... que va! eso del trastorno bipolar yo ni lo conozco!.
Ahora mismo estoy muy contenta con mi vida, sabiendo que en años anteriores no lo he pasado tan bien por un cúmulo de cosas: "alcoyanos", amigos/as, estudios... Ahora es cuando me va bien y aun así simpre encuentro algo de lo que quejarme... ¿Se habrá convertido en una costumbre?... Espero que no, porque yo soy la primera que se aburre de la gente así.
Me molan las fotos!
Un bes!

Aldo dijo...

Creo que yo la padezco, y además de nivel II. No soy hipocondríaco, así que aun padeciéndo la enfermedad no me escandalizo. Aun así, pienso que ir al psicólogo sería muy útil para mí. He leído la descripción de las patologías que supone tener el trastorno bipolar, y lo cierto es que coincido con muchas cosas. A lo mejor pensais que lo atribuyo todo a lo mismo... pero es ahora más que nunca cuando pienso que quiero trasladar mi expediente a una universidad más tranquila y sencilla, que me permita vivir sin que mi estado anímico dependa de mis estudios... que triste es mi vida (ahora) ¿no creeis?

Aldo dijo...

que guay la imagen, hay algunas repetidas, hay una cara que me recuerda a Luna,jajjaa. Un par de postizas y otra que es cuando te burlas de mi indignacion, jajajjaja