le exacta,
Hace 12 años
La recompensa son esas florecillas amarillas que tímidamente surgen de la nada, y necesitan cariño, música y atenciones.
Hasta por la noches
En mis manos está bien cuidada, hasta que llegue el frío invierno, que se marchitará para descansar, hivernar y con toda seguridad volver renacer en una primavera próxima.