mi cotidiano
cuentan las viejas lenguas
que a menudo
la luna cambia
y con ella el mar
y los que yo llamo lunáticos
sin tratarse de trastornos
en mi piel siento algo muy poderoso
que me ve caer más hondo que el suelo
para luego levantarme con más fuerzas
y subir más alto
empiezo a creer que todo en este mundo
viaja en montaña rusa
no existe término medio
después de haber afrontado la caída
nos vemos en la cima sin esperarlo
para volver a bajar, y conseguir estabilidad, y darle un sentido a esta vida
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